Hace ya tiempo que te perdí, aunque sigas aquí.

Ya no dialogamos, solo espetamos soliloquios donde no hay espacio para el debate, donde la charla animosa sobre algún tema interesante se vuelve triste y tediosa por la falta de interés del oyente.

Donde se apaga la ilusión, poco a poco, palabra a palabra, cuando te das cuenta de que no te están escuchando, solo esperando a que acabes.

Y qué triste la sensación de existir sin sentir, de ser un mueble más al que dejas que se le acumule el polvo, a ser el polvo, los ácaros que viven en él.

Ser infinitesimal en una habitación donde solo hay espacio para ti.

Si alguna vez te acuerdas de mí, sigo aquí, en el pequeño rincón donde me has dejado existir.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS