¿Seré otra estúpida más que busca refugio en tus brazos?

Veo las sombras que cuelgan de tus pies, pero eres mi debilidad.

Cada noche, apoyada en mis rodillas, rezo porque te quedes un día más.

¿Qué tengo que sea tan malo como para quererme así?

Tengo un agujero negro y profundo en mi corazón lleno de secretos, si metes la mano, ya no podrás escapar. Tendrás que enfrentarte a la cruda realidad, yo me lavo las manos y tú vas a tener que beber de mi sangre y comer de mi carne.

Pero solo soy otra pecadora más en el Jardín del Edén.

Te escribiría una carta cargada de quebranto y nostalgia, pero no tengo tu dirección para mandártela, creo que te gustaría leerme; pero no tengo ganas de escribirte otra vez, y aquí estoy, escribiéndote de nuevo.

Hay tantas cosas que no sabes y que no entiendes.

Es una pena que con tu consciente no seas capaz de zambullirte en tu subconsciente y nadar por los ríos de lo desconocido.

Te intento enseñar cómo bracear a contracorriente, pero tu terquedad no te deja ver que solo te quiero ayudar.

¿Qué hice tan mal como para que me quieras así?

¿Qué hice tan mal para que no entiendas que solo te quiero ayudar?

Al final, solo soy otra estúpida más que persigue tus sombras pensando que vas a cambiar.

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