Eres un ángel.
Tu rostro es la divinidad encarnada.
Tus ojos son lunas que brindan de luz mis noches.
Tu voz la melodía que toca mi alma.
Agradezco a la vida por tenerte.
Mi función de escribar se duplica al besarte.
Creando versos tan perpetuos como tu rostro inmaculado.
Cuento con la gracia de verte a los ojos.
Sentir tus labios.
Y tocar tus manos.
¿Qué soy entonces sin ti?
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