Escrito con hollín y sangre.
Se sentó en la primera silla que quedaba cerca de la puerta para huir de la comida familiar cuanto antes. Las miradas estigmatizadas se clavaban en sus ojos tostados que disimulaban con frecuencia ante la incomodidad de su soltería. Casandra se sentó al lado de la hija pequeña de Úrsula. Se movía nerviosa con su lazo...