Esquejes
Aunque todavía era pronto, su mujer ya se había levantado porque a duras penas soportaba ocho horas de ayuno. Raúl siguió durmiendo un rato, o fingiendo que lo hacía, hasta que el café y el azúcar de las tostadas le hubieran hecho efecto a Diana. Cuando llegó al salón, vio que se había empleado a...