Espejo de tortura
Cuando abrí los ojos, estaba muerta de frío y dolor. El mero acto de parpadear para desaparecer la nubosidad que mis ojos creaban, me causaba molestia. Sentía como el pánico recorría cada parte de mi cuerpo, como si alguien estuviera inyectándome una y otra y otra vez, dosis de miedo. Se sentía en las venas,...