Maluba el maldito
Su barba y su melena expuesta al viento dejaban ver la marca de una soga. Todavía le costaba mover el cuello y caminar. Las personas le rehuían, se santiguaban al verle pasar por las calles. La madera del travesaño de la horca se había roto y por ley nadie pasaba dos veces por el patíbulo....