Donde las dan…
Su barba y su melena expuestas al viento de proa, sus manos firmes al timón y la determinación anclada en su rostro, componían la estampa de un pirata. Así se sentía: corsario, sí, pero justiciero. Que su padre lo hubiera desheredado no importaba… quizás lo mereciera. Pero que sus hermanitos lo dejaran al margen del...