Incluida en la tarifa
Te regalé una bonita sonrisa. “De Joker”, pensé mientras entreveía el reflejo de mi rostro cansado en el retrovisor, y reparaba en el carmín corrido de mis labios y los goterones de rímel diluido en sudor deslizándose por mis mejillas. Habías pagado un buen dinero por ese rato de sexo en la mugrienta cabina de...