Crueles viajes de esperanza
― ¡A esta gatita aún le quedan muchas vidas por vivir!, ¡venga corazón!, ¡despierta!, ¡gatita!, ¡cariño! No importan las palabras. Es el tono el que nos conecta. Viene deshecha. Sólo quiero acariciarle el alma. Su cabeza se apoya en mi pecho aquí sentadas en la arena. Ha llegado exhausta, herida, derrotada… Abre los ojos y...