Pensé mientras el coche se lanzaba contra el muro que ojalá ese coche no se hubiera salido de su carril, que por su culpa nuestras vacaciones se acababan de truncar, que por la imprudencia de unos muchas veces pagan los que cumplen las normas. Por suerte todos estamos vivos pero el miedo tardará en irse, así como las fracturas que nos ha provocado el accidente. Sólo espero que podamos cumplir el sueño de estas vacaciones el próximo año.

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