Nuevas necesidades
Pensé mientras el coche se estrellaba contra el muro ¡que ya era su hora! 20 años de servicio al son de aquel par. Él miraba la escena con tristeza mientras su preciado compañero de viaje tenía ese inevitable final. Yo, más aliviada, sólo miraba aquella carita redonda de vivos ojos e inquietas maneras que ahora...