Mala suerte
-El veintidós ya es historia. Estaba muy jugoso, ¿verdad? -Sí, pero me dejó un regusto amargo. Seguro que es la culpa por habérnoslo comido. Era un buen tipo. -Todos lo eran. Ahora sólo quedamos tú y yo -dijo relamiéndose mientras se dirigía a su camastro. Yo también me fui a acostar pero, como tantas otras...