A mi hijo Gabriel Antonio.
Asómate a mis ojos, hijo mío, para que el universo a ti no te sorprenda, asómate a mis ojos y te enseño, la realidad del mundo al que te enfrentas. Aprende de mi vida la experiencia, de la prudencia ante el momento aciago, a resolver las cosas sin misterios, aceptando lo malo, si has errado....