La niebla
Ya había renunciado al mecanismo de buscar pareja, pagar cenas absurdas y seguir conservando, luego de innumerables citas, la esperanza del amor correspondido. Incluso colgué un letrero en las redes sociales y arriba de la placa trasera de mi auto: «fuera de servicio indefinidamente». Pero la valentía me duró un instante, y de manera cobarde...