Se levantó temprano… para matar a un hombre
Un día de febrero muy temprano, digamos que las 6 de la mañana, poco común en su caso, estaba presta, con la energía lista para quemar, con las botas bien puestas y un gesto implacable. Más que nunca en sus zapatos. Con una misión tan clara como la luz de las luciérnagas: matar a un...