Me bajo en la última estación
A las 12, al mediodía, el tren se detuvo. Me acuerdo claramente de eso. Han sido varias horas de mirar extasiada el maravilloso paisaje de los Alpes. Un espectáculo que es como un calmante para mi cuerpo adolorido, un espacio de tiempo en donde adormezco mis males. —Mira, Antonio, mira hacia allá —le digo a...