Las libélulas no pliegan sus alas
«¡No chapoteéis en el agua, que como venga el diablo se os llevará y no es ninguna broma! ¡Aquí no se puede jugar!» Todos los niños salen pitando, ¡qué ingenuos, cómo se lo creen… los pobres! Me he sentado donde me gusta, bajo el mismo roble, que cada año está más torcido y busca su...