Ella y el futuro
Hija mía, cuando nazcas, cuando por fin la curiosidad de tus ojos estrangule el atrio izquierdo de mi corazón, volaremos juntas a Canadá. Tengo todo preparado, te he descrito nuestra ruta y leído aquella novela de Richard Ford, hasta hemos probado la tarta au sucre (¡cómo noté después tu hipo en mi barriga!). Nada puede...