La llamada
Las mañanas en Lima son heladas, el frío se te cuela por los pies y se te asienta en las orejas. Ese 8 de Julio, no fue diferente. El chófer del micro frenó brusco, como siempre, justo cuando sonó el celular. Contesté de inmediato y su voz saltó enseguida. Necesito verte, hija,te extraño tanto, dijo...