Un viaje para dos almas
Y soñé que vendrías una mañana de abril, elegante como siempre te imaginé y golpeabas a mi puerta y yo que te esperaba desde hace tanto abría esa puerta, la puerta de mi casa, la puerta de mi corazón. Entonces tu tomabas mi mano, tus ojos clavados en los míos y tu corazón hecho uno...