El ruido de la cuchara golpeando la copa se impone a la conversación como las campanas a los pájaros del cementerio.

— Mamá, sé que odias las sorpresas, pero este año hemos querido hacer algo especial. Todos conocemos ese mapa gigante, lleno de chinchetas, en el que tú y papá preparabais el viaje… Ya sé que él no podrá hacerlo, pero tú sí.

Mientras su hija saca un sobre y todo el mundo aplaude, ella enrojece. «No te enfades, Pepé, que no lo han entendido», murmura antes de recibir el regalo.

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