El Tesoro de la Rambla Sur
El niño, parado en lo más alto del extremo de la escollera Sarandí, resistía al viento y al frío, como desafiando al mar y a todo lo que el mar esconde. Aunque no llovía, llevaba unas divertidas botas de goma azules, y su campera amarilla, fina y larga, volaba detrás de él como si fuera...