La misma
-¡No! ¡Duele! -Si no lo hacemos te vas a morir. Sintió que el choque del desfibrilador hacía saltar su cuerpo un palmo sobre la camilla y el dolor, como de un rayo que la hubiera quebrado, la paralizó de la cabeza a los pies. (Notemos, claro, que ese diálogo es imposible. Si ella pudiera hablar...