PREFIERO UN TÉ
Exhausto llegué a casa, luego de mi jornada como Profesor de Literatura, lancé mi maletín sobre un sillón y en el otro desparramé mi agotada humanidad. -Hola familia. Fue mi advertencia de llegada, esbozada sin saber si alguien escuchaba. -Hola amor, ya estoy contigo. Escuché decir a mi esposa desde otra habitación. Su tierno abrazo...