Os amo mis hijos queridos y adorada esposa
El viento mecia tus cabellos y tu me agarrabas la mano. En nuestros pechos, aquellos una promesa de amor, no en vano. Tus labios de sabor a durazno maduro se posaron sobre los míos y un hondo cariño me sacó de lo oscuro y nuestras caricias fluyeron como ríos. Dos años pasaron de bendicion y...