Ya no seremos los mismos
Ya nunca volveremos. Caminando solos bajo el cielo blanco se alarga la mirada hasta las entrañas. Ya no volveremos a ser los mismos tras tu sonrisa perpetua, tras los días pesadísimos sobre el rostro. Quizás mismo sea el viejo viento susurrando la palabra primigenia que, tristemente, hoy relata bajo tierra el color de aquella sangre...