Poesía sin buzón

Poesía sin buzón

David Santos

16/09/2018



Cálculo mental

Debería empezar a llamarte x o y,
ya que cuando lo hago por tu nombre
únicamente me ignoras, y
así podré despejarte de mi mente.
Tal vez así comprenda que es imposible
y deje de hacer números, o tal vez,
todo esto derive en una historia de amor.
Tu decides, puedes seguir
multiplicando mis deseos por tenerte
y restarme la poca alegría
que les queda a mis días,
o podemos dejar de estar divididos
e integrarnos en una sola incógnita.

Un curso a repetir

Mírame,
examina cada parte de mi ser.
Suspende mi miedo a perderte,
apruébame con tu mirada,
aun que no me hagas bien
te deseo de forma notable…
La adicción que por ti tengo
es de sobresaliente,
pero, aun así,
creo que me gustaría repetir,
en el curso del tiempo,
cada uno de tus besos finales
que causan en mí
esta actitud positiva.

Únicamente…

Me encantaría probar de tu saliva,
sin embargo,
únicamente me trago mis palabras
cada vez que me propongo
no volver a pensarte.
Únicamente parece que estés a años luz,
y, de hecho, te llevaste sin imaginarlo
toda la que había en mi vida.
Únicamente quiero
expresarte todo lo que siento,
pero me faltan las palabras,
y me sobran los silencios.
Únicamente me gustaría
que te dieras cuenta de ello,
y los dos fuésemos restando
los días para volver a vernos,
aun que en ese periodo tan largo
ni siquiera sumáramos
el valor necesario para hablarnos.
Únicamente…
quiero quererte.

Culpable e inocente

Tú me robaste mi tiempo,
yo ahora deseo robarte un beso
y si es necesario
cumpliré una cadena perpetua de una noche
encerrado entre las sábanas de tu cama,
una prisión caliente
para estos días de invierno.
Te advierto
que no suelo ser
tan formal como aparento,
y que, en más de una ocasión,
tendrás que castigarme
por mi comportamiento
de artista apasionado.
Soportaré que me encierres
entre tus dedos
si al final
puedo cambiar mi traje de preso
por uno para compartir nuestra vida…
Pero si quieres libertad
puedes aprovechar tu inocencia
y dejarme una falsa sensación de culpabilidad
que no me corresponde
y puede hacer que pierda el juicio.

Un champú

Del amor al odio hay un paso, y
aun que hubiera preferido echar raíces,
finalmente lo di.
Por desgracia,
no estabas en ningún diccionario
y a pesar de doctorarme en tus manías
ninguna tesis fue la adecuada,
tuve que quedarme suspendido
en la incertidumbre,
una vez más,
dejar de argumentar mis teorías,
parar de estudiar tus labios
y olvidar.
Tal vez tenga algo que ver
la canción que escuché en tu ducha.
Tal vez
sí fuera tiempo de autodestrucción,
me tocase a mí sentir el adiós en vena,
y nunca nos fueran a salir las cuentas.
Y a pesar de todo, ese día fue el mejor;
pues el pelo me olía a coco.


Disney fracasó aquí

Tal vez lo nuestro se marchitó
antes que aquella rosa
entre las manos de Bestia.
No hizo falta que diera medianoche
para que abandonaras tus zapatos,
te fueses huyendo
y me dejases más desconcertado
que Tarzán haciendo turismo por la ciudad.
Sustituiste la manzana por tus labios
para que cayese dormido
pero la pesadilla fue despertar.
A veces hay que ignorar
los consejos de un tal Baloo
y dejar marchar lo más vital,
teniendo complejo de Simba destronado
vendiendo su reino
por intentar verte de nuevo.
Esperabas una vida de Disney
pero lo nuestro no iba de cine
y tu complejo de Wendy lo vió en seguida
por eso marchaste volando,
en el primer vuelo a Londres
dejandome a mi el «Nunca jamás».

Rompecabezas temporal

A día de hoy me sigo acordando de ti
en momentos puntuales
con recuerdos tardíos que destrozan
las agujas de un reloj que recuerda
el tiempo que nunca tuvimos…
Tal vez, solo quiera, simplemente,
dejarte en mi pasado…
pero me lo complicas innecesariamente
apareciendo en cada uno de mis futuros.
Olvidarme de ti sería lo ideal, pero…
¿y si aquella sirena sigue nadando
entre ese mar de papeles que hay
en el corcho de tu habitación?
¿y si aquella rosa sigue animando
aquel jardín tan pobre de luz?
Tantas preguntas hacen que odie
los acertijos que tanto me gustan,
pero no puedo ser adivino
y saber por qué dejaste de hablarme,
obligando a callar mi pensamiento,
con el silencio como rompecabezas…
Llego a la conclusión que todo termina
pero entonces…
¿por qué mencionaste una gratitud infinita?

Resultado de imagen de puzzle blanco y negro

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