Sueño ejecutivo
Es miércoles en la madrugada. El interior del avión está en penumbra. El espacio está abarrotado por unas ciento cincuenta personas con trajes oscuros de diferentes tonalidades, la mayoría durmiendo con las capuchas de la chaqueta empotradas o apoyados en almohadas para descansar el cuello. Desde mi rincón en el 12A, encasillado incómodamente entre el...