Las Escaleras
Bajaba aquellas escaleras de caracol que parecían infinitas. Jamás llegaría al portal, pero tenía que hacerlo, o nunca saldría de aquel edificio. Recordé que en otra ocasión al llegar a la puerta, alguien detrás de mí me tocó y sentí las cosquillas paralizantes e inquietantes del miedo, pero aun así estiré el brazo y logré...