Alberti se equivocaba
Que tu corazón su casa, dijo el poeta que creían, y se equivocaba. Algunas vuelan al norte de cabezas engreídas, otras planean sobre migrañas, hacia el sur del pantalón tendido, bajo la falda de una estatua, el este y el oeste de los tejados, los portales de mil almas. Ningún lugar está libre del lucro...