ESE ERA YO
1984, un día cualquiera en un barrio cualquiera donde los pisos estaban tan pegados entre sí, que el sol apenas salpicaba las viviendas bajas y sus estrechos callejones te daban más de un sobresalto entre las sombras de la tarde. Pasaban mis días de niño, a mis quince años cansado de mi pesada vida siempre...