Si de pequeños alguien nos brinda amor, ya estamos salvados….
El amor de los abuelos y de su adorada Lilia no era estridente ni tangible. Ellos tres, en el caserón enorme que Pablo había construido con sus manos, hacían siempre las mismas cosas. Se levantaban todos los días a la misma hora, tomaban el café en sus tazas (verde la de Pablo, roja la de...