Cómo era esa vida…
Cómo era esa vida, sin el ruido y la inocencia. Sin sus pasitos corriendo apresurados tras de mí. Cómo era esa vida, sin ese ombligo blanco, como un minúsculo pellizco en la barriga. Sin las mañanas de remoloneos y sin su nariz tocando mi nariz. Cómo era esa vida, sin todos esos juegos, tan suyos, tan nuestros,...