Dos dioses
Ya era tarde, las dos lunas brillaban en todo su esplendor. Sin embargo Cerix seguía conectada a su humano, esperando que éste despertase. Todo había comenzado como un juego. Sí, muchos años atrás cuando Johan era solo un niño, Cerix no dejaba de seguirlo en ningún rincón de la casa. Luego también comenzó a hacerlo...