El letargo de Prometeo
Como todos los días, desde el Incidente, me acerco a él rompiendo la oscuridad que nos rodea con una vela. No es suficiente para enmascarar la desolación de la constante humedad, el frío que se adhiere a todas las superficies. Le ofrezco bebida y comida, aunque ninguna se asemeja a las de antaño. Si tan...