hasta que me olvide
su mirada representaba todo el temor que puedes imaginar y acurrucado en aquella esquina buscando como loco por ver alguna cara conocida, sólo tenía fuerza para llorar, puesto que sus manos húmedas y temblorosas no lo ayudaban a levantarse de aquella tediosa calle por la cual pasaba mucha gente… Mi abuelo, ¡oh, grandioso ser! que...