Besos en la frente
Cuando mis pies no podían tocar el suelo, estando yo sentada en una silla, recuerdo con nostalgia, un beso en la mejilla. A veces con sabor a menta, a veces con el sabor de la leche y el café. «Para que sientas que estoy contigo aunque no pueda acompañarte», me habían dicho, porque nada cura...