Historia de amor, guerra y milagros
¡Qué triste sería el mundo si no existieran los abuelos! Yo a la mía la quiero un montón porque nos consiente, en secreto nos da cosas que mis papás no nos dan y puede estar mucho tiempo contándonos historias interesantes. ¡Siempre quiero que sea domingo para visitarla! Desde que mis primos y yo descubrimos las aventuras de su...