Tres velas negras
Cada vez que aspiro el aroma de unas croquetas, me acuerdo de la bruja Lola. De hecho, ahora me llegan los efluvios de una ración que han pedido en la mesa de al lado y me están entrando unas ganas irresistibles de encender tres velas negras. La culpa, como no, fue de la lluvia. Aquella...