Gamones para las gallinas
Se revuelve en la cama despacio, con cadencia reptiliana, buscando con la cadera un hueco para acomodarse en el colchón de lana. Entreabre los ojos y percibe cierta claridad que se cuela por las rendijas de las contraventanas de madera carcomida. Es de día. Inspira hondo, y entonces le llega. Emite una especie de gruñido...