Condenado
Sentía frío, la tormenta interna que azotaba su mente impedía que notara el bochorno que abrasaba las vías. Solo habían pasado unas cuantas horas desde el encuentro que le llevó de la euforia a la desesperación, ¡que ingenuo había sido! Nada fue fortuito, la premeditación se llevó su dignidad junto con sus pertenencias, sus sueños...