El Pez. Parábola del trabajo.
El pez da vueltas, frenético. Se golpea contra el vidrio. Pobre pez. Está atolondrado, loco, un poco histérico. Sube y baja entre los cincuenta centímetros de alto de la pecera. Va y viene entre los sesenta centímetros de ancho de la pecera. El pez cumple la función por la que está allí: ser hermoso. Serpentea...