Las hienas
A ver, vuelve a leerlo, por favor, pide Vargas, escritor consagrado y profesor del taller, desde lo alto de su metro ochenta y cinco, las gafas presas entre el índice y el pulgar izquierdos. El aspirante a escritor, o aficionado con ínfulas, o puede que pobre diablo abandonado por las musas, obedece. Los demás, escuchamos....