El primer día del taller
Cada uno traía asida a su espalda una fila de otros tantos. Cada uno en la boca contenidos un centenar de disparates dispares. El aula estaba siendo ocupada por multitud de voces de este y otros tiempos. El profesor cerró la puerta. Todos dentro, sentados y expectantes, con los fusiles cargados nos mirábamos con recelo,...