Lo que callamos los ciegos
Se dice, aunque sin pruebas, que nueve de cada diez veces que un ciego se sube a un auto con un chofer desconocido, ocurre lo que usted está a punto de leer. Así que doy fé de lo que aquí le cuento querido lector, no solo ha pasado una vez, sino muchas más, incluso más de las que uno hubiese querido, todas ellas a bordo de un automotor.