Me gusta cuando se escucha que todo el mundo tiene derecho a opinar y estoy de acuerdo, tienen razón. Pero deberíamos darnos cuenta de que no todas las opiniones resultan válidas, y este es el principal problema que vivimos hoy en día. Muchas veces las opiniones influyen más de lo que nos pensamos; el qué pensarán?, seré aceptado?…y mil preguntas más que pasan por las cabezas.
Es difícil, es complicado luchar contra nuestra propia mente, son muchas las ocasiones en las que el miedo por no encajar en nuestro ambiente social, nos limita a hacer lo que queremos. También se acepta esto, es más, se normaliza que rechacemos seguir con lo que nos hace felices; que se renuncie a la felicidad por temor, por las “opiniones”, por la sociedad, esto es lo verdaderamente preocupante.
Me parece increíble tener que aceptar que ya está todo conseguido cuando hay personas que no son capaces de subir una foto con su pareja, de cogerla de la mano, de darle un beso en público y sobre todo de decirle te quiero sin miedo.
Espero que no terminen con lo poco que habíamos logrado y que en un futuro las discriminaciones de muchos, se conviertan en la valentía de otros para luchar por lo que les hace sentir bien.
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