Las confesiones de la eternidad

Las confesiones de la eternidad

Uriel Tobares

01/04/2023

¡Oh
lector, que mas da! lo confieso, soy un fantasma. Hasta el hartazgo
en las reuniones lúgubres de entes, he cantado la misma canción. Ya
sabe, canciones en las que doy las pistas, la simbología y las
metáforas, con tal de evitarle a mis oyentes, lo obvio, lo que soy.

A
menudo soy el personaje de la alucinación borgeana de un
esquizofrénico. De eso a veces me arrepiento, y propongo mi huida,
pero a los días vuelvo a acechar.

Es
probable que quiera usted sospechar o definir el por que llegue a ser
lo que soy. Es un castigo no saberlo, lo único que me acuerdo es que
di con mi fin luego de crónicas migrañas, el solo hecho de pensarlo
me desquicia.

Quisiera
saber si alguna vez he amado, sin importar a quien, ya se lo he dicho
lector, seguramente estoy sujeto a un castigo. Ahora, ¿puede usted
entender o entenderme? Deseo lector que ame o haya amado como
profundamente quisiera.

He
encontrado un recoveco entre los pasillos de algún laberinto, allí
escribo. Infinitos pasillos por cierto, donde he pegado tantos textos
como estos. En los que fui tantos seres, que hasta incluso usted, he
sido. ¿Siente usted lo que soy? ¿le estoy siendo lo tolerablemente
espeluznante?

Al
pasar al lado de alguien, siento su escalofrío, y su quisquilloso
miedo interno de argüir que lo que le ha rozado es una construcción
cósmica, que ni hace mal ni tampoco bien. ¿se imagina, siente usted
pena o compasión, o rechazo u indiferencia?

En
mis caminatas invisibles, he conocido a Marina y a Sofía, ambas con
hijos. Cada una de ellas me han hecho pensar que vivo, he amado, pero
también que no lo he hecho, y que ahora, esa incógnita, es la
maldición, mi maldición. Que posiblemente alguna vez, pude haberme
convertido en ese ser amado, que termino destruyéndome, y eso es de
lo mas curioso.

Quizás
he sido o seré, el pasado, el presente o futuro, la vida, el amor o
porque no, la muerte.

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