Sumergida en la oscuridad, sobre el piso de su habitación, tiene su teléfono en la mano abierto en spotify, escuchando su playlist favorita para opacar todos esos pensamientos que no la dejan en paz. La chica se levanta y se dirige sin dificultad alguna al interruptor de luz de su habitación, camina hasta su tocador y se ve fijamente en el espejo. Una niña de 15 años de piel morena clara, ojos de color como las bellotas y cabellos azulados que caen como leves espirales sobre sus hombros.
Se sienta sobre su cama y entra a sus contactos, busca uno en específico, el culpable de sus pensamientos indeseados. Toca el contacto llamado Adam, y posa peligrosamente su dedo índice en la opción de borrar, y es cuando un sentimiento de duda llega a su corazón.
-Si lo hago… no volveré a tener contacto con él. -tras un profundo suspiro se muerde delicadamente su labio inferior, y con la mirada llena de tristeza, gira a un lado su cabeza, presiona el dedo contra la pantalla, y lo borra de todas sus redes.
-¡Kat, Ven a cenar! -Se escucha una voz dulce y alegre llamarla desde el exterior de su habitación. Antes de salir se da ligeras palmadas en los cachetes en forma de ánimo y va al encuentro.
-Sientate, sientate mi linda -Dice la mujer de edad media con una sonrisa en la cara mientras ve a la chica -Te hice los waffles con almendras que tanto te gustan.
-Gracias mamá -Camina hasta la mesa y se sienta acompañada de su madre.
Entre la oscuridad empieza a sonar una alarma mientras que una Kat de 21 años está sumergida en un profundo sueño, con los cabellos revueltos tras el roce de las almohadas, y la boca abierta con el hilillo de baba cayendo lentamente. Una segunda alarma canta, la que hace que Kat empiece a moverse sobre su cama, pero sin resultados, y no es hasta que su hermano menor entra corriendo a la habitación y se tira encima de ella que se despierta.
-¡Charles! -Dice sobresaltada en su cama tras la entrada inesperada y se sienta con dificultad, agarrando al pequeño para hacerlo a un lado.
-¡Hoy es mi primer día de clases! -Dice un pequeño de mirada deslumbrante -Pero…Kat…estoy demasiado nervioso -Agarra delicadamente la manga de la camisa de su hermana y ella se acerca a abrazarlo.
-Hoy va a ser un día muy importante, mi ardillita -Estira su brazo hasta el interruptor de luz de la lámpara de la mesa de noche y suelta un bostezo. -Pero…¿no podías dejarme dormir un poco más? -Con el cuerpo adormilado le da unas suaves palmaditas en la espalda de su hermano y lo separa despacio para no ser demasiado brusca.
Charles sigue insistiendo a Kat para que lo acompañe a llevarlo a clase, así que, por mucho sueño que tuviera no pudo resistirse a esa dulce mirada que tanto cariño le inspiraba. Después de dejarlo y pasarle un Bon Bon Bum a escondidas de su mamá, se alejó y llegó a la universidad. Saludó a algunos maestros y compañeros por el camino.
Como había llegado demasiado temprano, se sentó en las mesas de la cafetería, pensando varias opciones con las que entretenerse, olvidando el entorno que la rodea.
Con paso presumido entra un chico de mirada risueña, sedosos cabellos como el oro, ojos verdes como esmeraldas y piel clara y brillante. Lleva su bolso despreocupadamente sobre uno de sus hombros, llega hasta la mesa donde Kat está sentada y se sienta en la esquina opuesta mirando su celular.
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Kat tiene una sonrisa radiante, por toda la inspiración que ha encontrado en internet para sus siguientes fotos, así que no nota la presencia de aquel chico que está sentado en la misma mesa que ella. Interrumpiendo su fuente de inspiración, suena el timbre, indicando que todos los estudiantes pueden dirigirse a los nuevos salones del año.
Sin esperar otro segundo se levanta rápidamente y corre a las escaleras para ser la primera en llegar. Entra y se sienta en los últimos asientos del salón. Se prepara y poco después todos los estudiantes empiezan a entrar, unos tienen caras conocidas y otros son completamente nuevos.
Su amigo, Kyller, hace movimientos exagerados para llamar su atención y obtener su mirada. El chico de cabello moreno, ojos profundos y sonrisa radiante se acerca con total naturalidad, se sienta a su lado pasando su brazo alrededor de los hombros de Kat, haciendo notar todos bíceps nada difíciles de ignorar.
-Kyller, que gran entrada te hiciste -dice burlona y le pellizca el brazo que él le pasó por los hombros -Vas a hacer que nos malinterpreten.
-¿Qué tipo de pensamientos pasan por tu cabecita Kitty? -Dice con tono travieso y mirada pícara mientras acerca su cálido aliento al cuello de Kat, antes de que haga cualquier cosa, ella le da un golpe en el pecho, pero solo hace que Kat sienta todos los músculos que se encuentran debajo de la ropa de su amigo. Mirando a su amigo con expresión pícara, acerca peligrosamente su rostro al de él.
Kyller sorprendido por el movimiento de la morena, se aleja intentando que no se noten sus nervios.
-Te he dicho que no me llames Kitty -le hace un gesto con la mano para que se siente al lado de ella.
-Ay Kitty…-La mira falsamente dolido por apartarlo. -Pero si sabes que lo hago para molestarte -Le guiña el ojo y se sienta a su lado, ordenando sus cosas.
Esperando la llegada del maestro, la mirada de Kat se encuentra con ese hombre que tanto se esforzó en olvidar, de ocultar de sus pensamientos. Siente como se le para el corazón y un calor frío empieza a llenar su pecho. Vuelve a ver a ese chico increíblemente adictivo, del cual se enamoró profundamente en su primaria.
Una Kat de secundaria acompañada de un Adam más pequeño, están corriendo de la mano. Él joven chico la lleva con él donde hay menos gente, y entran al gimnasio con el propósito de encontrar un lugar tranquilo para estudiar matemáticas.
-Me gusta estar contigo -dice el chico mirándola a los ojos.
La pequeña Kat se queda viendo el movimiento de sus pies y los de él. -Me gustas.
En el salón de la directora, está Kat sentada con la mirada llena de lágrimas.
-¡Yo no le dije nada! -Aprieta sus puños sobre su regazo.
La directora sin tener mucha fe en ella, le muestra una conversación entre sus dos amigos.
-Esto prueba que lo que pasó es cierto, tienes que admitir tu error.
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Caminando y pensando en el recreo en todo lo que le dijo la directora, que hasta la podrían suspender, estaba demasiado dolida, Adam…era el chico que le gustaba.
Siguiendo su camino, una cabeza rubia llega hasta su lado.
-Kat -dice el chico intentando agarrarla de la mano, pero no lo hace porque Kat quita la mano antes de darle la oportunidad de hacerlo.
-No quiero volver a verte -dice con un tono autoritario sin ver a la cara a Adam.
Kat siguió adelante, dejando al rubio atrás con cara de afligido.
Viéndolo entrar en el salón, después de varios años… Nerviosa, intentando controlar la inesperada y asaltante ira de su interior mezclada con tristeza y un montón de recuerdos, y sin saber muy bien qué hacer, evita mirarlo, no quiere que él la vea, y por una vez en la vida, sentarse al final del salón le ha servido de algo. Kyller al ver que su amiga está inquieta de repente, y colocándose las manos sobre la cara, decide tocarle el hombro.
-Kat, ¿Te duele la cabeza? -Dice burlón para quitarle hierro al asunto, pero al no tener respuesta por la otra parte se pone más serio -Ahora, en serio, ¿Está todo en orden?
-Si…si -Dice con la voz entrecortada y se pone las manos en el regazo mientras aprieta la falda de su vestido -Es solo que vi a un viejo amigo.
-Oh -Alarga la frase captando lo que pasó entre esos dos por el lenguaje corporal de ella. -¿Te gusta? -Le lanza directamente con una expresión neutra.
-Yo…- Y antes de que pueda seguir hablando. Ve como la prepotente figura de Adam se dirige hacia ella, la mira y se sienta a su derecha.
-Cuanto tiempo Kat -con una mirada enigmática, le coge una mano, pero ella la quita como si la hubiese quemado.
Kyller divertido de la situación y notando el desconcierto de su amiga, y por como actuó antes, sabe que estos dos tienen historia. Decidido a ayudar a su amiga y a alejar a aquel tipo, la coge de la cintura la levanta y la sienta sobre sus rodillas.
-¡Eh, amigo! -con la mirada pícara y con una sonrisa juguetona mira a Kat, y se gira a mirar al muchacho rubio sin perder la sonrisa.
Kat se quita de encima de Kyller agarra su bolso, enfadada, se sienta en uno de los primeros asientos.
Kyller se queda mirando la cara del muchacho, siente mucha curiosidad por lo que les pasó, pero no le pregunta nada.
El profesor entra y comienza a hablar dando las indicaciones del curso, direcciones de diferentes facultades y más.
Después de haber escuchado lo que le corresponde, e inesperadamente el profesor le habla pidiéndole que se presente ante toda la clase.
-Me llamo…Kathe Vasseur y estudio nutrición -Nerviosa y sin saber qué más decir se sienta rápidamente para evitar todas las miradas.
El profesor hace varios gestos para que estudiante por estudiante se presenten.
-Un gusto compañeros, soy Kyller Smith y me preparo para arquitectura, será un placer compartir con ustedes.
-Yo soy Adam Reis y estudio diseño, un placer -Dice sonriente, mientras busca algo con la mirada.
Después de varios estudiantes se presenta una Cloeh, muy elegante y de cabellos rosas, que también estudia diseño y una chica de aspecto agradable muy conocida de Kat llamada Nesta.
——
Cuando el profesor termina de hablar, me coloco los audífonos y respiro profundamente, en particular me encanta esta parte de la univ. Hay más árboles y menos personas.
Pero de repente siento que alguien me coloca la mano sobre la mía.
-Nesta, hola… -Digo sorprendida de verla.
-Vamos juntas -Me lleva de la mano haciendo que los audífonos se caigan.
-¡Eh! Espera Nesta…mis audífonos -Digo mientras ella va cada vez más rápido llevándome de la mano. Me dice que no me preocupe que ella me dará otros. ¿Qué querrá mostrarme?
Las dos amigas caminando rápidamente llegan a un rincón del pequeño jardín cerca de la facultad de derecho.
-Nesta, ¿Qué pasa? -Dice soltándose de la mano -Pronto empezara mi clase.
– ¿Viste a Adam? -se recuesta sobre la pared mirando fijamente a Kat para no perder su reacción, y por la expresión que puso, supone que si. -¿Qué vas a hacer?
Kat suspira mientras ve la pálida piel de la cara de Nesta.
-¿Qué puedo hacer? -Hace una pausa -Solo actuaré como si nada, igual…ya no tenemos nada.
Su amiga no deja de hacerle preguntas que ella no quiere responder, ya que le recuerda momentos del pasado.
-No sé Nesta, tampoco me apetece hablar de él, -Se separa de la pared -Tengo que irme a clase, nos vemos.
Antes de que la pálida chica pueda frenar, Kat se apresura a entrar a su facultad y suelta un suspiro de alivio mientras agarra su bolso.
Adam, con un sentimiento de impotencia, mira como esa chica llena de recuerdos para él, habla libremente con su amiga. Se agacha y recoge los audífonos de Kat. Los acaricia y toca una parte raspada, que provocó la caída.
——
Después de buscar a mi hermano, pasamos por un Mc para almorzar.
-¿Cómo te fue en tu primer día de escuela ardillita? -Mira al pequeño llenándose la boca de un montón de papitas fritas, y no puede evitar que una dulce sonrisa se le escape al verlo así.
-Bien -sin prestarle atención, sigue llenándose la boca con todo lo que encuentre.
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Sentada en el sillón, mirando material para salir al parque a tomar fotos, siente su celular vibrar. Lo coge y ve el nombre de Kyller aparecer.
-¡Hola! -Dice animada.
-¡Eh, Kat! -dice alegre -¿Estás libre para ver una peli?
-Iba a ir al parque para tomar unas fotos… -tras un breve silencio escucha un débil sonido de decepción de parte de Kyller. -Pero si quieres puedes acompañarme.
-¡Está bien! Nos vemos 10 min, ¿En qué parque?
-El que está cerca de la heladería gelatiamo.
Sin escuchar otro comentario tira el celular sobre su cama, agarra su cámara y se la guinda del cuello.
-Mamá voy al parque a tomar unas fotos. -después de avisar a su mamá, coge las llaves y sale.
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«¿Cómo debería vestirme?» -Dice una voz profunda y grave, mientras se mira al espejo. Siempre quiere estar bien vestido cuando está con Kat. Busca un bonito conjunto de ropa, se echa perfume y sale de su apartamento.
Desde lejos se va acercando a la chica morena que está ajustando una cámara, cuando está detrás de ella baja su mirada y se agacha para poner delicadamente su barbilla en el hombro de Kat. Sintiendo como se tensa ligeramente con el poco contacto suelta una pequeña risa.
Se da la vuelta al sentir la presencia de su amigo.
-Llegas temprano -le dice al chico mirando hacia arriba, porque este le lleva como 2 cabezas mientras le acaricia inocente la mejilla.
-Así puedo admirarte desde antes Kitty. -le saca la cuerda de la cámara del cuello con cuidado y le hace una foto rápida.
Los dos pasan el tiempo juntos disfrutando de la compañía, Kat le dice que se ponga frente al pequeño lago para tomarle unas fotos, se agacha y apunta y dispara con la cámara. Cuando terminan se sienta al lado del otro sobre el césped.
-Venga, vamos a tomar algo Kitty. -Su compañera no se opone, así que se levantan y piden un taxi, entran y él se le queda mirando, y ella le devuelve la mirada.
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Los dos llegan al bar sonrientes, se sientan y piden 2 bebidas. Kat se toma una mimosa de frambuesa y su acompañante una margarita.
-¿Tienes planes cuando terminemos la univ? -Dice Kyller con curiosidad.
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-La verdad, no lo he pensado ¿Tienes planes? -Tranquilamente sigue tomándose su mimosa.
El chico, se queda en silencio pensativo, no muy seguro si contare lo que hará o no.
-Tengo pensado mudarme de ciudad -La mira a los ojos y deja su bebida sobre la mesa.
Inconscientemente la chica tras escuchar el plan de su amigo, se termina el cóctel de un solo trago.
-¿Te vas a ir?…¿A dónde? -Le sujeta una mano a Kyller para sentirlo, pero cuando lo ve bajar la mirada lentamente hasta la unión de sus manos, la separa rápidamente. -Si no quieres contestar, no hay problema.
El chico solo se dispone a tragar de un trago su bebida y la mira fijamente a los ojos, queriendo preguntarle algo. Pero no lo hace, solamente se levanta de su asiento, se acerca al de Kat, pone sus manos en el reposabrazos. Acercando su rostro al de Kat, acerca sus labios a los de ella.
A la morena se le ve muy confundida, siente como sus manos empiezan a sudar y lo ve acercarse peligrosamente a ella. -¿Lo debería parar? ¿Quiero que me bese? -se pregunta una y mil veces. Cuando siente el roce de sus narices, Kat coloca sus manos en el pecho de Kyller para hacerlo parar.
-Kyller, estas borracho -sus manos tiemblan ligeramente mientras dice esas palabras, dudosa y con miedo de lo que pueda pasar.
Kyller al ver que Kat seguirá hablando, levanta un brazo y lo pone por detrás de cabeza, cierra los ojos y con intención de pegar sus labios a los de ella se impulsa hacia delante. La morena coge rápidamente una fresa que tenia cerca y lo pone entre los labios de ellos para evitar el beso.
Kat sorprendida agranda los ojos, la cara de su amigo esta tan cerca de ella, y lo único que la separa de esos labios suaves y brillosos, es esa pequeña fresa. Le empuja y se levanta de su asiento.
-Lo siento -dice sin esperanza y sale del bar apresuradamente con las mejillas a punto de explotar, dejándola sola.
Una morena se abre paso en la gran empresa. Con una blusa blanca que deja ver todo su entrepecho, unos pantalones de traje sujetos a un cinturón negro, sus sedoso cabello ondulado cayendo en forma de cascada sobre sus hombros, y con varias carpetas en mano. La morena camina de prisa y luchando contra su nuevo enemigo puntiagudo que dificulta su caminar. Llega tarde a su entrevista de trabajo.
« ¡Voy a llegar tarde! ¿¡Cómo no me desperté cuando sonó la alarma!?
Continuará
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