Los Antiguos Creadores de Estrellas

Los Antiguos Creadores de Estrellas

Kelpo M

09/01/2020

Los Antiguos Creadores de Estrellas

Segunda Parte

Jacobo

I Umi

Las tormentas no dejaban de azotar al planeta Umi, un planeta receptor de naves que necesitaban reparación urgente, estaban por estrellarse o cualquier inconveniente. Dicho esto e es debido recalcar que este planeta también cuenta con personal de detección de criminales y de terroristas que viajan a través del espacio.

La lluvia caía sobre las ventanas esa fría mañana. Una llamada resonó en la habitación. Jacobo, aún perdido en su sueño, murmuraba para que su acompañante nocturno atendiera la llamada. Sin embargo nadie le escuchaba. En el baño una regadera mojaba el negro cabello de su amante mientras tarareaba una canción. Jacobo abrió los ojos al fin y atendió el teléfono «¿Diga?» dijo mientras se aclaraba la garganta. «Un… ¿Un qué?… Sí… Sí… ¿Qué?… Esta bien… Voy para allá… Sí, esta conmigo… Lo sé lo sé… Ajá…» Colgó. Se dirigió al baño, tomó su arma de tiros de energía condesada (rayos láser para nuestros tiempos) y disparó siete veces a la mujer que cayó muerta en la regadera, la sangre había salpicado los azulejos blancos para después caer lentamente hacia la coladera.

Aún tenía los ojos abiertos, café claros y sin vida. Jacobo tomó un cigarrillo y lo encendió. «Una puta menos» susurraba mientras sacaba humo de su boca. Se vistió. Un pantalón negro, corbata y camisa blanca, llevaría un saco negro esta vez, no quería pero la lluvia lo obligaba. Tomó sus llaves y antes de cerrar dio instrucciones a su casa inteligente que recogiera el cuerpo y limpiara todo y que, por último, tachara de la lista de buscados a Perla Shtalinov, acusada de presunto tráfico de armas. Razón de la muerte. Una riña con un agente del orden cuando está intentaba asaltar su casa para matarle mentiras dormía, sin embargo él agente Jacobo Szchiletzin era más astuto y dio muerte a la criminal primero. Todo lo que la casa tenía en sus grabaciones de Perla y Jacobo llegando ebrios y teniendo relaciones sexuales debía ser eliminado por la casa y ser suplantado con una grabación de Jacobo durmiendo de las 20:00 a las 26:00 horas (los días en Umi tienen una duración de 32 horas) antes de ser interrumpida por interferencia de la criminal Perla.

II En el interrogatorio

La lluvia caía levemente cuando Jacobo llegaba a la estación central de los Agentes del Orden (A.O.) sin embargo él ya estaba sumamente empapado de pies a cabeza. Eso no le importaba, la estación contaba con aire de secado rápido, así que la lluvia sólo era para refrescarse y no un miedo a perder la estética del uniforme.

–Buenos días agente Jacobo.

–Buenos días computadora central. ¿Dónde está la emergencia por la cual me sacaron de mi cama?

–En la sala de recepción de víctimas. El afectado está siendo interrogado ahora mismo. Al parecer sufre de un shock por los acontecimientos que recién vivió en Llum.

–Bien, creo que iré a darle una pequeña visita.

La estación era un lugar sumamente antiguo y feo. No contaba con las mejores instalaciones modernas que tenían otras agencias del orden. Y no era necesaria. Umi simplemente albergaba a poquisimos habitantes y es el 99% del paleta estaba rodeado por agua. Sólo una «pequeña» isla era la única superficie.

Jacobo caminaba por los pasillos grises. Las habitaciones eran rústicas y de tablaroca. Las ventanas no eran de vidrio sino de acrílico. La sala de interrogaciones era un cuarto pequeño. Tenía una mesa larga y cuadrada. Dos sillas en los extremos. Un acrílico grande era la única ventana. Según los más viejos que trabajaban en Umi decía que un antiguo jefe estaba obsecionado con las películas detectivescas y la sala de interrogatorio era un tributo a aquellos años. Pero la sala era más bien una copia fea y mal hecha de un estudio genérico de baja producción que aparentaba ser una verdadera sala de interrogación.

Jacobo entró, del otro lado de la mesa estaba su compañero Hizh y Tim, quién tenía la cara pálida y los ojos muy abiertos.

–Bien. ¿Qué tenemos aquí Hizh?

–Jacobo. Estoy interrogando al testigo. Tim, saluda, el es el agente del orden Jacobo Szchiletzin, mi compañero.

–(…)

–Parece que no habla. A ver Tim. Cuéntame. No tengo idea de por qué estás aquí, pero por ti estoy aquí, así que dime o alguien tendrá que pagar por no dejarme dormir y privarme de un espectacular sexo matutino.

–Vamos Jacobo. No seas así, es prácticamente y niño apenas, tiene 22 años aún.

–¿Y eso qué tiene que ver? Peor aún, tiene 22 años y no puede hablar frente a otros. Vamos, habla, o quizá tenga que hacerte hablar.

–Venga ya, deja esa actitud de policía malo.

–¿Crees que es una actitud? No, no es una actitud. Es una respuesta. Una respuesta a todo este planeta de porquería al que me mandaron. Llueve la mayor parte del año. No hay buenos lugares donde pueda embriagarse uno, y los pocos que hay tienen el alcohol con el peor sabor que existe, incluso la orina tiene mejor sabor. Me arrastro a este infierno los once días de la semana para soportar idioteces como esta. Así que no. No es una actitud. Vamos maldito remolcador de mierda. Di una puta palabra al menos.

Tim guardó silencio.

Jacobo se abalanzó sobre él mientras Hizh trataba de detenerlo. Todo en vano, el corpulento cuerpo cuarentón de Jacobo era demasiado para él. Jacobo lanzó un par de golpes y Tim cayó al suelo, mientras la sangre brotaba de su labio inferior. No contento Jacobo lo golpeó en el suelo un par de veces más, quería un diente como recuerdo. «¡Basta!» gritó Hizh mientras le apuntaba con un arma de plasma aturdidora. Jacobo dijo «Bien», se levantó y se alejó de Tim.

Hizh le explicó la situación a Jacobo.

«Tim llegó en su nave a punto de ser calcinada por completo. Según él, una criatura de fuego le veían persiguiendo por el espacio, y antes de entrar en la atmósfera el ser desapareció.»

–No le creo ni una palabra. Son tonterías lo que dice este sujeto. ¿De verdad crees en eso?

–Tenemos qué.

–Joder. Eh niño. Lamento lo de los golpes, pero es que tu silencio me cabrea un poco. Bien supongo que haremos un expediente y lo enviaremos de vuelta a su ruta ¿verdad?

–Creo que sí.

–Okey.

III El Ser de Agua

Una figura se dibujaba en la lluvia. Tenía cuatro patas. Un hocico prominente y lo que parecía ser una melena puntiaguda. Abrió el hocico y y un leve baho salía de este. Caminó hasta la estación central, cruzo el umbral y de un zarpazo hizo explotar la computadora central. Un grandísimo gabinete que estaba en la entrada y separaba la sala de recepción del interior del recinto.

Jacobo, Hizh y Tim escucharon el alboroto. Tim quizo huir de ahí inmediatamente.

–Oye, oye ¿Qué carajos te pasa?

–Tim, tranquilo, tranquilo. Debe ser una corriente de la tormenta que entró. No es la primera vez que pasa. Iré a revisar.

–¡No!

–¡Ah! ¡Entonces sí hablas mi querido Timmy! Ve Hizhy, yo me quedó con él.

Hizh salió de la sala, dio un grito y una figura de seis ojos y cuatro patas se le abalanzó. Su composición era de agua, se podía ver la tensión supercial en todo su cuerpo, era como un globo transparente de agua, parecía ser que con el menor toque iba a estallar.

Jacobo miró cómo la criatura desmenbraba y devoraba a su amigo. En una acción más que de reflejos que otra cosa, Jacobo cerró la puerta de la sala de interrogaciones. Tomó a Tim del brazo, sacó su arma de lásers y disparó al acrílico que cedió instantáneamente. La criatura volteó la miraba a Jacobo y Tim que escapaban a toda velocidad por los pasillos, dio un rugido y fue en su persecución.

Jacobo tenía que jalar a Tim quién sólo trataba de seguir el paso mientras lloraba y lanzaba chillidos. Llegaron a la puerta. Jacobo giro la cabeza y disparó un par de veces contra la bestia, que aún seguía a toda velocidad. «Mierda» dijo Jacobo. Siguió jalando a Tim para salir del edificio y una vez fuera desesperadamente trataba de localizar una nave. Tim corrió directo a su nave que ya estaba lista para despegar. Jacobo lo siguió rápidamente.

La criatura salió del edificio. Trató de ubicar a sus presas pero cuando lo hizo abordaban una pequeña nave, dispuestos a dejar el planeta. La bestia rugió fuerteme, puso la mirada en el suelo y, a la par que realizaba sonidos guturales, inclinó su espalda. Todo su ser se contrajo. Movimientos bruscos realizaban sus poderosos musculos. «¿Qué mierda hace?» decía Jacobo en lo que Tim despegaba y ganaba altura.

La bestia iba creciendo en tamaño. Parecía que la lluvia lo había más grande cada vez más rápido.

«¡Acelera Tim. Debemos dejar este lugar ya!»

Tim invadido por el miedo puso la nave a toda potencia. El ser, gigantesco ya, estuvo a punto de engullir la nave, pero esta ya tocaba la estratosfera. Un par de segundos antes y Tim y Jacobo hubieran sido presas de aquella bestia infernal de tamaño similar al de una montaña enorme.

La nave salió de Umi.

«Estuvo cerca» susurró Jacobo, que estaba a punto de sentarse cuando Tim lo golpeó en la cabeza con un tubo de metal, para suerte de Jacobo no corrió sangre de su cabeza.

«Estuvo cerca» susurró Tim aliviado mientras la nave se sumergía en el espacio dejando Llum y Umi tras de sí.

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